Juan Manuel Sánchez Pérez, Catedrático de Universidad en la Universidad de Extremadura (UEX) en el área de Arquitectura y Tecnología de Computadores, y miembro de SARTECO, falleció el sábado 13 de abril tras una larga enfermedad. Sus compañeros queremos rendirle un humilde homenaje mediante este obituario.
Quienes le conocimos damos fe de su enorme calidad humana, cercanía y profundo interés por sus compañeros y estudiantes, tesón en el trabajo, dedicación a su familia, y tantas otras muestras que atestiguaron su bonhomía. Esta gran humanidad que le caracterizaba se puso de manifiesto a lo largo de su enfermedad, afrontándola con paciencia, esperanza y ganas de superación y, en último término, una gran paz en la despedida.
Juan Manuel obtuvo el título de Doctor en CC. Físicas por la Universidad Complutense de Madrid en el año 1976 bajo la dirección del profesor Antonio Vaquero, con la tesis titulada “Sistema electrónico de enseñanza programada”. Tras ocupar diferentes puestos docentes en la UCM, gana su plaza de Profesor Titular de Universidad en el año 1983, permaneciendo en la Complutense hasta 1996, año en el que es nombrado Profesor Titular en la Universidad de Extremadura. En 1999 culminó su carrera académica al ser nombrado Catedrático de la Universidad de Extremadura por el área de Arquitectura y Tecnología de Computadores. Fue además director del Departamento de Informática de la UEX durante varios años y coordinador de diversos planes de estudios de másteres universitarios.
Sus primeros pasos en el mundo de la investigación estuvieron orientados al estudio de la enseñanza programada, campo en el que tiene publicaciones con los profesores José Garcia Santesmases y Antonio Vaquero como el artículo “Addressing methods for external sequential photodigital memories for teaching machines” publicado en el X International Symposium on Educational Technology en el año 1976.
Con posterioridad fue testigo del crecimiento en la capacidad de integración en los circuitos digitales y de lo inviable de las técnicas de diseño existentes. Consciente de esta dificultad, Juan Manuel centró su investigación en el desarrollo de herramientas CAD para el diseño lógico de circuitos integrados combinacionales y secuenciales. En este campo, su grupo de investigación fué de los primeros a nivel nacional en aplicar técnicas basadas en los procesos naturales tales como los algoritmos evolutivos, o el recocido simulado (simulated annealing) en la optimización de circuitos lógicos multinivel, así como en la utilización de diagramas binarios de decisión (BDDs) para la verificación de circuitos integrados. En el año 1998 funda el grupo de investigación ARCO (Arquitectura de Computadores y Diseño Lógico) en la Universidad de Extremadura, en el que orientó su investigación, por un lado, al ámbito de los dispositivos lógicos reconfigurables basados en FPGAs (prototipado y procesadores empotrados) y, por otro, a la resolución de problemas de optimización combinatoria mediante metaheurísticas y computación evolutiva (utilizando técnicas de computación paralela y distribuida).
Durante sus años de investigación dirigió más de una decena de tesis doctorales, generó una abundantísima producción científica y participó en 20 proyectos de I+D+i. También cabe destacar su contribución a la transferencia de resultados de investigación a la sociedad, al haber sido miembro fundador de la empresa de base tecnológica SENSOLOG S.L.
Su actividad docente se extiende no sólo a la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de Extremadura. Ha impartido clases, además, en la Universidad de León y en el Instituto Politécnico de Leiría (Portugal). Ahora que está tan de moda el uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la enseñanza podemos decir sin temor a equivocarnos que fué pionero en este campo teniendo más de 8 artículos publicados entre los años 1975 y 1979 relacionados con la enseñanza programada y el uso de los microprocesadores como herramientas docentes. Como rasgo importante a destacar también figura su profunda entrega a las tareas docentes, en las que siempre se preocupó por sus alumnos, tanto a nivel académico como personal.
En definitiva, este legado supone para todos los que tuvimos la suerte de conocerle, además de un recuerdo imborrable de su persona, un aliciente más en nuestra dedicación a la Universidad, desde las tres perspectivas en las que tanto contribuyó: docencia, investigación y gestión.
D.E.P.
